«Ese es muy viejo, ¿no teneis un actor porno de verdad?» Rosie Cage viene dispuesta a convertirse en una diosa del porno.
¡Cómo puede acabar degenerando un «Es tu vecina» clásico gracias a nuestras as trampas! Os presentamos a Rosie Cage, un BELLEZÓN CUBANO que nos había llegado dispuesta a convertirse en una diosa del porno, Veréis: desde su llegada a España para estudiar, Rosie se ha dado cuenta de dos cosas. La primera, que le encanta hacer ejercicio. Hasta ahí normal, pero entonces llega al punto 2: LE ENCANTA QUE LA MIREN! Señores, para Rosie un día normal es un día pasado en el gimnasio calentando al personal con sus leggings sin nada debajo (Ojo, tíos y tías, nos lo deja claro), y llevándoselos si se tercia a las duchas para un polvo rápido. Y así le ha surgido su idea de convertirse en actriz porno: «Ya que me gusta que me miren, podría convertir esto en un trabajo!» Después de una ronda de calentamientos MUY CALIENTES y de masturbarse para todos nosotros con el sillín de su bici estática, podemos confirmar que Rosie supera la prueba inicial. Pero para ser una diosa del porno, ¡Tendrá que pasar la prueba del papuchi! Esa es nuestra pequeña sorpresita para ella: ¡Nuestro único e inimitable David Ron! Cuando lo ve, Rosie, que cree que le vamos a traer a un fucker jovencito y musculoso, como los bigardos que se empotra en el gimnasio… ¡Poco le falta para salir corriendo! Y de hecho lo hace, se nos refugia en el cuarto de baño y nos cuesta convencerla. «Tranquila, empieza un poquito con él y si no quieres seguir nos dices» Sabemos exactamente lo que va a pasar: Que en cuanto conoce la polla de Ron y acaba disfrutando de una comida de coño, va a estar tan rematadamente cachonda que va a estar dispuesta a todo. ¡Y eso es lo que vemos! Bienvenida al porno, Rosie! Has superado la prueba del papuchi
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Os presentamos a Rosie Cage, un BELLEZÓN CUBANO que nos había llegado dispuesta a convertirse en una diosa del porno, Veréis: desde su llegada a España para estudiar, Rosie se ha dado cuenta de dos cosas. La primera, que le encanta hacer ejercicio. Hasta ahí normal, pero entonces llega al punto 2: LE ENCANTA QUE LA MIREN! Señores, para Rosie un día normal es un día pasado en el gimnasio calentando al personal con sus leggings sin nada debajo (Ojo, tíos y tías, nos lo deja claro), y llevándoselos si se tercia a las duchas para un polvo rápido. Y así le ha surgido su idea de convertirse en actriz porno: «Ya que me gusta que me miren, podría convertir esto en un trabajo!» Después de una ronda de calentamientos MUY CALIENTES y de masturbarse para todos nosotros con el sillín de su bici estática, podemos confirmar que Rosie supera la prueba inicial. Pero para ser una diosa del porno, ¡Tendrá que pasar la prueba del papuchi! Esa es nuestra pequeña sorpresita para ella: ¡Nuestro único e inimitable David Ron! Cuando lo ve, Rosie, que cree que le vamos a traer a un fucker jovencito y musculoso, como los bigardos que se empotra en el gimnasio… ¡Poco le falta para salir corriendo! Y de hecho lo hace, se nos refugia en el cuarto de baño y nos cuesta convencerla. «Tranquila, empieza un poquito con él y si no quieres seguir nos dices» Sabemos exactamente lo que va a pasar: Que en cuanto conoce la polla de Ron y acaba disfrutando de una comida de coño, va a estar tan rematadamente cachonda que va a estar dispuesta a todo. ¡Y eso es lo que vemos! Bienvenida al porno, Rosie! Has superado la prueba del papuchi 
