
Después de mucho buscar, de estar al borde de abandonar su corta carrera en la caballería andante, divisó al fin a una joven pastorcita dispuesta a devorar su cipote de La Mancha; después de derrotar a su novio en combate singular, decidió tomarse su merecida recompensa: una joven natural, ansiosa por meterse su polla dentro, rematando la actuación en su estrecho culo, y culminando en una ESTUPENDA FOLLADA ANAL siempre quedaría en los anales de la historia. Y así termina la historia de este hidalgo, que consiguió su objetivo y quedó saciado, al menos hasta el día siguiente…